Estadio de beisbol
Hermanos Serdán, Puebla, 7:30 pm. Una cola enorme nos recibió junto con muchos
puestos de comida y de venta de playeras y tazas y demás cosas. También había
revendedores.
Eso es para que se
imaginen lo primero que vi al llegar al lugar de tan esperado concierto: el
concierto de Caifanes en Puebla.
Haciendo justicia al
evento debo decir que la organización fue un asco. Imaginen a miles de personas
en una o dos únicas filas para entrar. Así es, no eran filas según en qué
sección te tocaba, era una unida fila para entrar, y una vez dentro te dividían
para ir a la zona donde te tocaba (la cual, para colmo de males, también estaba
mal indicada). Gracias a ese ligero detalle estuve media hora buscando el
inicio de la cola para formarme y una hora formado, por lo que me perdí el mero
inicio del concierto.
Una vez dentro, de
hecho, nos mandaron a una zona en la que, según yo, no nos tocaba. Al final una
pequeña barda fue derribada dándonos acceso a la zona por la que legítimamente
pagamos, y que por un error de logística nos quitaron.
Ahora sí, hablemos del
concierto. Si quieren una lista de las canciones que cantaron abran otra
ventana y búsquenlas. Fui a disfrutar del concierto, no a hacer listas. Sin
embargo, fueron interpretadas canciones como Ayer me dijo un ave, Viento, La
negra tomasa, La celula que explota, Los dioses ocultos, Perdí mi ojo de
venado, entre muchos otros clásicos y canciones icónicas de esta banda. Cada
canción (o casi todas) llevaron una pequeña introducción por parte de Saúl, el
cual habló un poco de la situación actual del país y que debemos estar unidos.
El ambiente en la zona
que me tocó fue muy ameno, con gente cantando a todo pulmón, saltando y empujándose
unos contra otros y entregados completamente a Caifanes y al evento. Caifanes,
por su parte, se entregaron a nosotros, generando un buen ambiente y “jugando”
con el público, por decirlo de alguna manera.
En general el concierto
fue algo que, aunque empezó tarde (a las 10 pm) tuvo una muy buena duración (hasta
las 12:50 pm, aunque suena más bonito decir que fue hasta la 1am) y fue un muy
buen ambiente. La producción fue increíble, con juegos de luces muy acordes a
las canciones, una enorme pantalla al fondo y 2 proyectores HD en los que
veíamos las tomas que los camarógrafos nos estregaban. La calidad del audio fue
también muy buena.
Al final, y con todo y
la pésima organización, fue un concierto por el que definitivamente valió la
pena esperar en la lluvia y en el frio.
Gracias por hacernos
vibrar a las nuevas generaciones y a sus seguidores de antaño como solían hacer
antes, gracias por hacernos gritar y corear sus canciones, gracias por unirse
con “la raza” durante esa noche.
Gracias Saúl, Sabo,
Alfonso, Diego y Alejandro.
Gracias Caifanes.
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